Hola a todos, soy David Cintas, esto es El cielo de Rasal, y
hoy os voy a enseñar a ver las cosas que hay en el cielo.
Pero para comenzar por el principio, hay que hablar de lo
que vemos mirando con los ojos, y así podremos ir poco a poco profundizando en
el tema.
Ojo, hoy os explico lo que vemos solo con los ojos, no lo
que vemos con tecnología.
¿Os apetece conocer el firmamento?
Pues entonces acompañadme en este viaje.
Comencemos.
¡Qué bello es el firmamento! ¿Verdad? Tanto a los primeros
humanos como a nosotros, siempre nos ha parecido extraño observar el cielo con
tanta nitidez y sin embargo tenerlo tan lejos, inalcanzable para nosotros.
Aquí en tierra podemos ir a cualquier parte, podemos
interactuar con lo que nos rodea, pero allí no… Es como si fuera algo divino,
que solo podemos conocer por nuestros ojos.
No es de extrañar que para explicar la existencia de ese
mundo inalcanzable, diéramos rienda suelta a nuestra imaginación, introduciendo
la mitología.
Pero eso ya no es necesario.
Bueno, para algunos todavía sigue siéndolo.
Pero para ti y para mí, que somos buscadores de la verdad,
podemos olvidarnos de la mitología.
Lo primero que observamos en el cielo son los fenómenos
meteorológicos, de los que ya hablaré en otras entradas (en plural).
Más allá de la meteorología, lo que más vemos es…
Ese bombillón que hay siempre sobre nuestras cabezas: El Sol
Ese foco tan potente que nos da tanta energía y que si lo
miramos nos deja ciegos
¡Ojo! ¡Cuidado! Nunca miréis el Sol con los ojos, podríais
quedaros ciegos sin ni siquiera daros cuenta. Se dice que un astrónomo que mira
el Sol con un telescopio solo lo hace, como mucho, dos veces en su vida, una
vez por cada ojo.
Supongo que no hace falta decir porqué.
El astro rey, cruza el cielo día tras día desde el Este
hacia el Oeste, siendo el único protagonista mientras se encuentra sobre el
horizonte.
También, podemos ver cómo va cambiando su altura en el cielo
conforme pasan los días.
De esta forma, hay un día en el que se encuentra más alto en
el cielo, el solsticio de verano, y un día que se encuentra más bajo en el
cielo, el solsticio de invierno.
Por eso es tan fácil hacer un calendario solo mirando el
Sol, pues con él ya se puede conocer el avance del año, con sus diferentes
estaciones.
En algún vídeo os hablaré de la física del Sol, que aunque
pueda parecer extraño por lo cerca que se encuentra, todavía es en gran parte
un misterio para los físicos.
A pesar de lo enorme del astro rey, hay otro objeto en el
cielo que casi le hace competencia, incluso de día.
Ya sabéis a cuál me refiero, a la luna. El movimiento de la
luna, ya es un poco más diferente al del Sol.
Es cierto que también aparece por el Este y se va por el
Oeste, pero con el paso de los días, vemos como se acerca y se aleja del Sol.
Además, como la luna es iluminada por el Sol, va cambiando
de fases cada día, de forma que cuando la vemos muy cerca del Sol, la parte
iluminada está por detrás,
Y cuando está en la punta opuesta del cielo, la vemos
completamente iluminada.
La luna no puede verse llena junto al Sol porque la cara que
vemos no está iluminada.
Que por cierto, a la luna le vemos siempre la misma cara,
pero como eso es un poco más largo de explicar, lo dejaré para otro vídeo muy
interesante.
También, la conjunción u oposición de estos dos astros puede
provocar los famosos eclipses de la luna si la tierra se coloca entre ellos dos
o los eclipses de Sol, si la luna se coloca entre la Tierra y el Sol.
Bueno… aclaradas estas dudas, vamos a continuar viendo qué
hay en el cielo.
De día no hay más astros observables.
Salvo la tierra, pero ese astro no lo vemos en el cielo.
Vamos a ver qué hay por la noche.
En cuanto el brillo del Sol deja de deslumbrarnos, podemos
comenzar a ver muchas otras cosas…
Una bastedad infinita
de puntitos brillantes esparcidos como granos de azúcar sobre un lienzo
completamente negro.
Bueno, antes era más negro, pero con la contaminación
lumínica puede llegar a ser casi tan brillante como si estuviera amaneciendo o
atardeciendo. Debido a eso, perdemos mucha capacidad de observación del cielo.
Pero ¿Qué son esas lucecitas tan bellas?
Esto debió de ser algo fascinante para los primeros humanos
del mundo, y es por eso que la mitología que se creó entorno a ello todavía es
un pilar fundamental en la astronomía, por ejemplo, en los nombres de las
constelaciones.
Las estrellas se agrupan aparentemente haciendo formas en el
cielo, y con un poco de imaginación podemos pasar el rato viendo animalitos o
personas.
La magia del cosmos y de nuestra mente no tiene límites.
Ahora bien, estas estrellas, aunque parezca que se
encuentren pegadas en ese oscuro techo de ahí arriba, como decía Timón, eso es
solo una percepción visual, nuestros ojos nos engañan.
Porque sí, la tierra no es plana y el universo tiene
profundidad.
Aunque veamos dos estrellas muy juntitas, es muy probable
que una esté mucho más lejos que la otra, incluso a cientos de años luz.
Un consejito, como os digo siempre, si queréis comprender el
universo, tomad con pinzas lo que os dicen vuestros sentidos.
Recordad que son interpretaciones, no la realidad.
No somos capaces de ver el universo en 3D porque aunque haya
estrellas mucho más lejos unas que otras, todas ellas están tan tan tan tan tan
lejos, que para nuestros ojos es como si estuvieran en el infinito.
Nuestros ojos están hechos para mirar la tierra, donde las
cosas están más o menos cerca, no el cielo.
En otro vídeo os enseñaré a reconocer las principales
constelaciones del firmamento con sus estrellas más brillantes, y así podréis
orientaros en cero coma.
Muy bien, pues si miramos las estrellas, vemos que aunque
parezca que están uniformemente distribuidas en el cielo, hay una franja donde
su concentración es mucho mayor. Evidentemente, me refiero a la vía láctea.
Este nombre explica muy bien cómo se ve esta estela y cómo
la entendían los primeros humanos, como si alguien hubiera derramado leche por
el cielo.
Esta es nuestra galaxia, y no está hecha precisamente de
leche, sino de cientos de miles de millones de estrellas.
Muchas de ellas con sus sistemas planetarios, como el
sistema solar.
La bastedad del espacio es inconmensurable…
Pues bien, otro tipo de objetos que vemos a simple vista en
el cielo y que llaman mucho la atención son los planetas, los astros errantes.
Así es como se les llamó hace mucho tiempo, ya que destacan
por su movimiento en el firmamento.
Los visibles a simple vista son por orden de brillo de menor
a mayor: Saturno, Mercurio, Marte, Júpiter y Venus.
Así como las estrellas se mueven todas juntas y no se
desplazan unas respecto de otras, los planetas se mueven respecto del fondo de
estrellas.
En realidad, las estrellas sí que se mueven unas respecto de
otras, pero su movimiento es casi imperceptible para nuestros ojos.
Llamaba mucho la atención que los planetas se movieran así, ya
que no solo se avanzaban en una dirección, sino que incluso, en algunos
momentos del año, se paraban y comenzaban a retroceder para luego continuar
avanzando.
Al principio parecía que ese movimiento era desordenado, por
eso se les llamó errantes.
Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que, con el modelo heliocéntrico
del sistema solar, se comprendió ese movimiento.
Fue un proceso de miles de años y de mucho esfuerzo de
abstracción, ya que, de nuevo, los ojos nos engañan al observar esos
movimientos.
Otro tipo de objetos que causaban pánico en la sociedad eran
los famosos cometas.
Al igual que los eclipses de Sol o de Luna, era poco
habitual ver el paso de estos astros, y como algunos eran tan espectaculares,
se solía pensar que eran un mal presagio.
El caso más famoso era el del paso del cometa Halley a
principios del siglo xx, que muchos medios aprovecharon para inducir miedo en
la sociedad y hacer creer que llegaba el apocalipsis.
Es curioso ver que eso sigue pasando constantemente a través
de internet.
Pobres cometas, con lo bonitos que son, la mala fama que
tienen.
Ellos solo quieren pasear por el sistema solar antes de
volver de nuevo a su hogar.
Podrían causar mucho daño si cayesen en la tierra, pero eso
no es muy probable en la mayoría de cometas, pues no cruzan la órbita
terrestre.
Precisamente los cometas nos dejan unos regalitos muy
hermosos cada vez que nos visitan, son las estrellas fugaces.
Como ya os comenté en el directo y el vídeo de las
perseidas, estas son pequeñas partículas de polvo que caen a la Tierra y dejan
estas estelas al interaccionar con la atmósfera.
Más allá de nuestro sistema solar, hay unos poco objetos
visibles a simple vista.
Una nebulosa en concreto, la gran nebulosa de orión, que os
mostré en el vídeo de las nebulosas.
Y la galaxia de Andrómeda, que a 3 millones de años luz, es
el objeto más lejano visible a simple vista.
También están las famosas nubes de Magallanes, galaxias
satélites de la nuestra.
Estas son las cosas más probables que podemos ver en el
firmamento a simple vista.
Fijaos, no son pocas.
Pero aún hay par de cosas más que puede ser apreciadas muy
de vez en cuando.
Cuando una estrella muy masiva termina su vida, puede acabar
explotando, liberando una cantidad inmensa de luz, a veces mayor que la de la
propia galaxia al completo.
Y aunque la estrella haya brillado poco durante su vida,
puede ocurrir que la veamos aparecer de repente, a veces incluso de día, (como
ocurrió a principios del milenio pasado con la famosa estrella que dio lugar a
la nebulosa del cangejo).
A estas estrellas se les conoce como NOVAS o SUPERNOVAS, y
deben de ser algo único en la vida de un astrónomo.
Me encantaría ver alguna de ellas, aún no he tenido ocasión.
Dicen que una de las más impresionantes que está a punto de
ocurrir es la explosión de Betelgeuse (no sé si pronuncia así)
Es la más grande de la constelación de Orión, una gigante
roja, y le queda muy pero que muy poco tiempo de vida.
Será espectacular verla explotar, después de tanto tiempo
observándola desde los inicios de la humanidad.
Un momento único.
También podemos ver asteroides a simple vista, pero con lo
pequeños que suelen ser, si los vemos, ya podemos salir corriendo.
Hasta el siglo pasado, esas eran las cosas que podían verse
a simple vista en el cielo.
Peeeero, gracias a la revolución tecnológica reciente, hay
unas cuantas cosas más que se pueden ver en el cielo.
Y estas se mueven rápido.
Una de ellas son los aviones, evidentemente, muy
reconocibles por sus luces parpadeantes.
Atención, que esto es importante.
No todos los aviones producen estela, ya que bajo ciertas
condiciones atmosféricas, los aviones no tienen por qué dejarla, por lo que eso
no es un elemento representativo de los aviones.
Pero hay otros objetos que se mueven en el cielo, y no
tienen luces parpadeantes: los satélites artificiales.
También es bastante fácil reconocerlos, aunque tiene su
truco
Son puntitos de luz, no somos capaces de ver su tamaño
aparente, ya que son muy pequeños.
Hay programas, como el famoso Stellarium, del que ya os
hablé en otro vídeo, en el que hay catálogos de varios miles de satélites.
No quiero hablar mucho de ellos porque eso es para otro
vídeo, pero quiero recalcar que la gran mayoría son comprobables con programas
de ordenador o móvil y su paso puede ser pronosticado con páginas como
heavensabove.
Y ya está, si vemos algo más moverse en el cielo y no es
nada de esto, entonces puede ser un pájaro o un globo sonda o un cohete, un
misil balístico, o en el caso de que no sepamos lo que es, podremos decir, que
para nosotros, PARA NOSOTROS, es un OVNI.
Cuidado, solo son ovnis si no sabemos lo que son, de ahí su
nombre OBJETO VOLADOR NO INDENTIFICADO, si podemos identificarlo ya no es un
OVNI.
Visto desde ese punto de vista, nada es un OVNI cuando
sabemos lo que realmente es, así que solo nos hace falta indagar en sus
propiedades para descubrir qué es.
Y si lo logramos, ya no será un OVNI
Y podrá ser incluido en esta larga lista de objetos que
podemos ver en el cielo.
Solo quiero recordaros que… este universo ya es lo
suficientemente impresionante como para tener que inventarnos cosas sobre él
que lo hagan misterioso.
Los misterios solo son incógnitas en nuestro entendimiento,
y las dudas desaparecen con algo de investigación.
Si conocéis alguien que tenga dudas sobre lo que observa en
el cielo, compartidle este vídeo, que además de entretenerle le enseñará a ver
más allá.
No olvidéis que la curiosidad rompe barreras.
Un saludo a todos.
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