Hola a todos, bienvenidos una semana más al blog de “El cielo de Rasal” un poco tarde pero al final llegó, lo que todos esperaban, mi aportación al eclipse de Luna de la semana pasada. No hizo el tiempo que yo deseaba y hubo varias complicaciones, pero finalmente y felizmente pude realizar algunas fotografías como las que les muestro a continuación ordenadas por el momento del eclipse:
Principio del eclipse de Luna
Máximo del eclipse de Luna
Fin de la totalidad del eclipse de Luna
Final del eclipse de Luna
Al igual que en el Eclipse de Sol del 20 de Marzo, intenté realizar un time-lapse con las fotografías realizadas, pero la llegada de una niebla espesa y que cambiaba constantemente de densidad me impidió realizarlo con existo. El resultado final es el siguiente video en el que se observa la entrada de la penumbra y la umbra de la Tierra, el máximo del eclipse y la salida de la umbra.
Debido a temas familiares me tocó disfrutar de este eclipse solo en casa. A las seis de la tarde del domingo, una tormenta con truenos ensordecedores llegaba desde el norte amenazando descargar agua. Y así fue, entre el Sol, el agua mezclada con granizo y unos truenos impactantes apareció un arcoíris doble muy intenso:
Yo no perdí la esperanza de que en pocos minutos la nube desapareciese, pues las previsiones eran buenas para la noche y mi idea era montar el telescopio nada más irse el Sol. Pero eso no fue lo que sucedió, la tormenta permaneció sobre Rasal durante horas sin dar un respiro, por eso tuve que aplazar el montaje del telescopio hasta la una de la mañana. A eso de las nueve y media me acosté en la cama con malos augurios, pues aún estaba lloviendo a esas horas.
A las 1:40 me desperté con el corazón acelerado, el momento de ver el eclipse iba a comenzar en breve y yo tenía que esperar que el cielo estuviese despejado. Al salir a mi terraza descubrí que, efectivamente, el cielo tenía pocas nubes y estas no ocultaban la (por el momento) brillante luna. Monté todo el equipo y comencé a fotografiar sobre las 2:15 de la mañana, hora en que daba comienzo el eclipse penumbral.
Todo parecía perfecto, las pocas nubes que quedaban en el cielo se iban marchando y la Luna se mostraba cada vez más oscurecida de un lateral, signo de que ya comenzaba el eclipse. De improviso, una niebla comenzó a subir por el valle y recé para que no se acercara al pueblo, en dos minutos había rodeado el pueblo y en cinco ya la tenía encima. Al principio, la cámara no notó la presencia de la niebla y pensé esperanzado que quizá no importase que estuviera.
Ese pensamiento duró pocos minutos, pues sin poder hacer nada, la niebla se volvió densa a más no poder y la luna desapareció delante de mis ojos cuando ya se encontraba oscurecida a la mitad… Esperé varios minutos, quizá cerca de media hora a que se levantase la niebla y pudiese seguir con la observación y fotografía, pero nada cambiaba, así que decidí acostarme y levantarme cada media hora para ver si la niebla seguía ahí.
La primera vez me levanté y nada había cambiado. Pero la segunda desperté sobresaltado y al mirar por la ventana observé una Luna muy roja como la de la fotografía superior. Rápidamente reorienté el telescopio y seguí fotografiando el eclipse de luna que ya salía de la totalidad, la cámara había seguido fotografiando, por lo que sé que al acostarme perdí tan solo dos minutos de observación.
Durante la siguiente media hora, la niebla comenzó a retirarse pero sin salir de la vista de la Luna, pero cada vez que se alejaba, volvía rápidamente de nuevo, enturbiando las fotografías y la observación. Por suerte no volvió a ser tan densa como la primera vez y logré fotografiar el resto del eclipse. Al final obtuve buenas fotografías aunque el time-lapse deja mucho que desear, pero así es el mundo de la astronomía, el tiempo es el dueño y señor de nuestra afición.
Finalmente recogí el equipo con un buen sabor de boca, a pesar del malcontento con el que me había ido a dormir y para concluir la noche, logré observar a Venus, a Marte y a la estrella Régulo, la más brillante de la constelación de Leo. Los tres alineados de una forma muy bonita.
Así pues, a las siete de la mañana volvía acostarme en la cama esperando para levantarme a las once y publicar la entrada del blog que, como entenderán, no pudo ser sobre el eclipse de Luna, pues desde el eclipse no había tenido tiempo físico para escribir esta entrada.
Ahora, si les parece, voy a explicarles un poco el conocido fenómeno de los eclipses de Luna. En los eclipses de Luna, la Tierra se coloca entre esta y el Sol, de modo que la Luna no puede ser iluminada por el Sol y deja de verse brillante. En estos eclipses, hay tres fases:
· Eclipse penumbral: La Tierra no eclipsa al Sol totalmente, sino que la Luna observa al Sol parcialmente. Este eclipse es tenue y apenas se distingue visualmente.
· Eclipse umbral: La Tierra eclipsa completamente al Sol, de forma que la Luna se vuelve muy oscura, este es el eclipse fácilmente observable y el que se muestra en las fotografías.
· Eclipse total: La totalidad de la Luna está eclipsada por la Tierra, de forma que la única luz que se observa es la que refracta la propia Tierra.
Esta fase del eclipse es la que se observa en la fotografía del máximo en el que la Luna se vuelve roja. Este efecto se lo explique en la entrada
Les recomiendo que lean esta entrada para comprender el color rojo en la refracción de la luz en la atmósfera terrestre. Durante el eclipse, la luz que se observa de la Luna ha pasado por la atmósfera terrestre y a base de muchas reflexiones en la misma, ha conseguido pasar al otro lado de la Tierra y así ilumina la Luna. De todas formas, es necesario un cielo oscuro para poder observarla, pues se vuelve muy oscura y difícil de observar.
A los eclipses de luna se les ha llamado “Lunas de fuego” o “Lunas de sangre” refiriéndose obviamente al extraño color que adopta la Luna tras ser devorada por una sombra gigante. Esto ha hecho que las personas en un pasado tuviesen miedo al verla y pensasen en extrañas supersticiones que nada tienen que ver con la realidad.
Y así concluyo un tema del blog al que quería referirme desde hacía muchos meses y que felizmente he conseguido escribir, gracias a todos por las valoraciones y nos vemos la semana que viene con más fotografías y explicaciones astronómicas y astrofísicas interesantes.
Les recuerdo que pueden suscribirse al blog en el tag de su derecha o dar a “Me gusta” en la página de El cielo de Rasal en Facebook.
Un saludo y buenos cielos.
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