Hola a todos. La semana pasada fue la oposición de Marte y siendo luna llena pensé en dedicarme a la fotografía de planetas. En el cielo se pueden observar estas noches los tres planetas externos más próximos a nosotros: Júpiter en Leo y Marte y Saturno en Escorpio. Leo se encuentra muy arriba en el cielo mientras que Escorpio es una constelación de latitudes bajas.
Intenté fotografiar Marte, pero su posición no era para nada buena y la fotografía salió demasiado borrosa para enseñarla hoy (en realidad solo se veía un círculo rojo). Cuando me dispuse a fotografiar Júpiter descubrí que estaba muy bien el cielo en su zona y pude sacar la que creo que es, hasta la fecha, mi mejor fotografía planetaria:
De nuevo, una fotografía del mayor planeta del Sistema Solar. Creo que una de las principales mejoras respecto a la fotografía anterior a planetas es la cámara utilizada. Antes usaba una webcam modificada cuya máxima velocidad eran 13 fps, esta nueva cámara alcanza una velocidad cuatro veces mayor, con lo que en el mismo tiempo puedo captar (en buenas condiciones) cuatro veces más detalles.
Se pueden ver, por ejemplo, numerosas bandas nubosas típicas de la atmósfera de Júpiter, arremolinadas como una borrasca o un huracán en la Tierra. Estas nubes solo tienen un espesor de varias decenas de kilómetros (muy poco en comparación con los 70.000 kilómetros de radio). Están formadas por cristales de amonio de un tamaño tan pequeño que su comportamiento es prácticamente gaseoso. Son esos compuestos los que les dan ese color tan característico a las bandas nubosas del planeta.
Debajo de esta densa capa de nubes se cree que solo hay hidrógeno y helio, al igual que una estrella, la mayor parte de su volumen está formado por estos dos elementos, los más ligeros que existen en el universo. No es de extrañar que estos sean los más abundantes, pues también son los más sencillos.
La ley de la gravedad dice que todos los cuerpos se atraen en función de la masa que tienen, de este modo, a pesar de que el planeta sea gaseoso, su atmósfera no sale despedida por el universo, pues la gravedad hace caer las partículas hacia el centro del planeta y quedan más comprimidas cuanto más cerca están del núcleo. De esta forma, se cree también que la presión en el núcleo es tan alta que el material del que está hecho se comporta como un sólido.
Este núcleo en rotación es el principal responsable del gran campo magnético del planeta. El campo magnético se produce por el movimiento (en este caso la rotación) de un grupo de partículas cargadas, tal y como se encuentran los átomos del núcleo del planeta. El campo magnético puede llegar hasta la órbita de Saturno, ocupando un gran espacio alrededor del planeta.
El núcleo del planeta se mantiene caliente e ionizado por el proceso de compresión del planeta. Aunque muy lentamente, el tamaño del planeta se va reduciendo por el efecto gravitatorio, debido a ello, la temperatura aumenta (todos hemos visto que la compresión de un gas aumenta su temperatura, si tienen una jeringuilla pueden taponarla y contraer el aire, observarán como se calienta lo suficiente para notarlo, del mismo modo que se enfriará cuando lo expandan). La temperatura aumenta más en las regiones donde la presión es mayor, es decir, en el núcleo.
Es por eso que el núcleo se encuentra a unos 20.000 grados, tres veces más caliente que la superficie del Sol. Esta diferencia de temperaturas entre el núcleo y la atmósfera produce grandes corrientes de convección que hacen ascender los gases calientes a la atmósfera, donde la densidad es menor (este mismo efecto ocurre en el manto terrestre y produce la tectónica de placas). Estos gases calientes mueven las capas altas de la atmósfera y producen esos ciclones que se observan en la fotografía y de los que hablábamos al principio.
Además de liberarse energía gravitatoria en forma de convección y movimiento de gases, también se emite radiación por temperatura (al igual que lo hace una bombilla de hilo de Tungsteno), de ahí que el planeta gigante emita radiación al exterior, además de recibirla del Sol. Esta radiación nada tiene que ver con la que emite nuestra estrella, pues esta la produce por la fusión nuclear, algo que no se produce en Júpiter por su pequeña masa.
Dicho esto, ahora si miramos a Júpiter podemos imaginarnos que vemos como sería la Tierra si no tuviese corteza… un montón de ciclones producidos por la convección desde el núcleo.
Y esto es todo por hoy. Como siempre, si quieren ver más fotografías y entradas interesantes pueden indagar en el gadget “Catálogos astronómicos” que se encuentra en la derecha del blog. Les recuerdo que pueden suscribirse al blog en el gadget de su derecha o dar a “Me gusta” en la página de El cielo de Rasal en Facebook.
Un saludo y buenos cielos.
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