Hola a todos. Esta semana os traigo una curiosidad que a mí me pareció muy bonita. El pasado viernes estaba montando el telescopio como de costumbre y una luz me llamó la atención en el oeste. Se trataba de la luna, lo cual que sorprendió, pues yo sabía que estaba casi nueva. Sin pensármelo dos veces corrí a coger la cámara y la conseguí fotografiar obteniendo una bonita imagen del ocaso con la luna (con una gran luz cenicienta), nubes y montañas…
La luz cenicienta
En ese momento, la luna tenía tan solo 32 horas (habían pasado tan solo 32 horas desde la luna nueva), es la luna más joven que he fotografiado e incluso que he visto. No solo es algo curioso de ver por lo joven que es la fase lunar creciente, sino porque se encuentra bastante cerca del Sol y la zona iluminada es muy pequeña… ¡tan solo del 2,6%!
Además, la luz cenicienta es casi tan brillante en ese momento como la parte iluminada por el Sol, recordemos que cuando la luna está en fase de luna nueva desde su superficie se ve a la Tierra en fase de llena. Si alguna vez han salido al campo por la noche con luna llena sabrán que ilumina tanto que prácticamente no hace falta encender linternas para ver perfectamente.
Eso mismo le ocurre a la luna, solo que como la Tierra es mucho mayor que la luna, ese efecto es mucho mayor, la cara de la luna que da a la Tierra se ve iluminada por la luz que refleja la Tierra, esta vuelve a reflejar y la vemos como la luz cenicienta. Si quieren ver y saber más detalles acerca de este fenómeno les recomiendo que vayan a la siguiente entrada:
La primera luna
No en vano, muchos aficionados hacen “carreras” para conseguir la primera luna del mes. Cada vez que es luna nueva corren por la red numerosas fotografías de personas que intentan fotografiarla cuando la fase creciente tiene apenas tiene unas pocas horas. Creo recordar que la fotografía de la luna más joven tenía unos pocos minutos.
Esto es todo un arte en el que los equipos deben ser muy especializados y requieren mucho control por parte de las personas que los tienen. Fotografiar la luna cuando tiene unas pocas horas significa fotografiar un objeto muy oscuro (la luna nueva no tiene apenas brillo), al lado del objeto más brillante del cielo: el Sol.
Al querer fotografiar un objeto tenue se requieren largas exposiciones, mientras que el hecho de tener el Sol tan cerca hace que el cielo se ilumine y las exposiciones queden completamente quemadas. La mayoría de estas fotografías son curiosas e interesantes por el proceso de fotografía, pero no suelen ser bonitas ni espectaculares porque suelen estar llenas de ruido producido por un procesado que intenta sacar detalle a la luna.
Colores en el cielo
Si miramos la fotografía vemos el contraste de colores en el cielo, algo que siempre sucede al salir o al ponerse el Sol. Este colorido efecto es el mismo que hace que durante el día el cielo sea de color azul. No quiero alargarme explicando algo que ya tengo escrito en una entrada que, si os interesa, podéis visitar:
La luna poniente
Espero que os haya gustado la entrada. Si quereis ver más fotografías y entradas interesantes pueden indagar en el tag “Catálogos astronómicos” que se encuentra en la derecha del blog. Os recuerdo que podeis suscribiros al blog en el tag de la derecha o dar a “Me gusta” en la página de El cielo de Rasal en Facebook.
Un saludo y buenos cielos.
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